lunes, 1 de junio de 2020

Volver a vernos

Volver a vernos para saciar la necesidad, para soltar los abrazos, para desperdigar las palabras, para vaciar el alma de sentimientos y vomitar todas las frases que teníamos guardadas en el cajón de las conversaciones pendientes. Volver a vernos para valorar, porque más allá del día a día que nos regala la rutina está la verdad que esconde la soledad; siempre, por mucho que nos quejemos, podemos estar peor.

La vida es una sucesión de hechos inesperados. Porque más allá de los planes, de las agendas y los cuadrantes, existen los designios, existen esas especies de efecto mariposa que ponen el mundo patas arriba y las individuales en situaciones inesperadas. Saber reaccionar es saber asumir. Saber asumir es saber superarlo. Pero, más allá de los sentimientos, existen las sensaciones y es de ellas de quienes se alimenta el cerebro. Podemos sentir y desear, pero si la sensación no acompaña, jamás habrá un regreso a la tierra prometida tal y como nos habían contado.

Por eso es importante volver a verse, volver a compartir, volver a sentir que el mundo sigue siendo el mismo, que podemos cambiar como sociedad e incluso como personas, pero seguimos siendo los mismos individuos con ganas de descubrir la vida. Es importante saber que los demás están como nosotros, que también han sufrido y que también tienen ilusiones. Porque no nada peor que una sociedad aterrada y, sobre todo, no hay nada peor que una sociedad conformista y poco plausible a los cambios. Porque la zona de confort no se limita a nuestro lado del sofá sino a un planeta susceptible a cualquier tipo de cambio.

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