martes, 23 de agosto de 2022

Lev Yashine


Las leyendas, cuando se cuentan de boca en boca y no existen más imágenes la imaginación, se convierten en monstruos o superhéroes dependiendo el matiz social y el miedo o alivio en el relato. A Lev Yashine le apodaron la araña negra y hablaron de un ogro de dos metros que llegaría a España para comerse vivos a los niños. El caso es que aquel tipo no fue imbatible, España fue campeona de Europa y nos perdimos las alabanzas a un portero que reinventó el puesto y que hizo de la profesión un monumento a la dignidad. Ni ogro, ni monstruo, tan sólo un deportista siempre en medio de una guerra ideológica que traspasó los muros de la mitomanía una vez abandonó la vida. Porque las leyendas, si se cuentan de boca en boca y de generación en generación no dejan de ser más que el significado de su propia idiosincrasia: una leyenda.

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