miércoles, 27 de mayo de 2015

El hombre que no se enteraba de nada

Durante el tiempo que duró la campaña anduvo dirigiéndose a ellos con desprecio y displicencia. En sus alocuciones públicas hablaba de tertulianos, de inventores de nuevos estados, de populistas de nuevo cuño y de soñadores infundados. Todo valía para describirles pero no eran lo suficientemente importantes como para llamarles por su nombre. Estaba claro que no se estaba enterando de nada.

Ya los había ninguneado antes. Fue cuando se echaron a la calle para reivindicar una democracial real y él les invitó a entrar en el juego democrático. Cuando lo han hecho ha seguido sin tenerles en cuenta y ahora que los tiene encima, en lugar de mirar hacia atrás y valorar sus errores, sigue mirándose el ombligo y hablando de falta de comunicación. Y sí, sigue repitiendo que es el presidente del partido más votado. Está claro que sigue sin enterarse de nada.

martes, 26 de mayo de 2015

Viejoven

El umbral de los cuarenta es el momento vital más importante en la historia de una persona. Es el momento en el que te atrapa la angustia no por lo que te queda por vivir sino por todo lo que no has sido capaz de hacer y que, por las leyes de la física, seguramente nuca llegues a llevar a cabo. Es la angustia por lo no vivido.

Sin embargo, es imposible sentirse mayor en el umbral de los cuarenta. Con dos hijos de cinco y un años respectivamente y toda su juventud por delante para poder disfrutarla, no me puedo sentar a lamentar los años perdidos sino ilusionarme por todos los que están por vivir. Más que nada, porque lo que me queda por vivir lo viviré al lado de mis hijos. Me obligo a sentirme joven.

Esa palabra, que suena a chanza y a mi me evoca días de risa viendo Muchachada Nui, me viene al pelo para describir mi estado actual. Padre felizmente casado y sí, viejoven. Viejo pero joven.

lunes, 18 de mayo de 2015

La campaña

Pocas cosas producen tanta vergüenza ajena como una campaña electoral. Ver a los políticos bajarse al barro, actuar con demagogia, prometer mentiras y ejercer el populismo barato sin rubor, produce auténtica grima. Son capaces de montar en bicicleta cuando no son capaces de respetar un carril bici, de hacer un paseo por la televisiones para competir por el puesto de más cani, de disfrazarse, trasvestirse, hacer el ridículo y ofrecerse a debates rancios. Algunos, hasta son capaces de pedir un aplauso a un chico con síndrome de down sin pararse a analizar que su propia subnormalidad está por encima del respeto a una persona capaz de llevar una vida normal. Tontos los hay en todas partes, pero en política abundan. Un auténtico asco.

La pereza del escritor

Entiendo eso que llaman la pereza del escritor. Esa sensación de angustia ante la hoja en blanco, esa indomable sensación de no querer escribir nada y obligarte a enseñarte a imaginar. Entiendo la rabia ante la ausencia de inspiración y por más que Picasso dijese que prefería que las musas le pillasen trabajando, cuesta mucho ponerse a escribir algo cuando realmente lo pasas mal mientras rellenas líneas que, en muchas ocasiones, no sabes si tienen algún sentido. Peor aún es saber que las líneas no gustarán a nadie. O peor es saber que no te agradarán ni a tí mismo.

Entiendo la pereza del escritor desde un punto de vista aficionado. Yo solo soy editor de mis propios textos y estos son pocos e imprecisos. Con ello, me genera angustia el folio en blanco. Ello sin exigencia alguna. Puedo entender, pues, la sensación de presión que puede llegar a sentir un escritor con contrato en firme y novela fijada para una fecha.

Lo puedo entender todo pero... George R.R. Martin... ¡Ponte a escribir de una puñetera vez!

lunes, 4 de mayo de 2015

El subconsciente

El subconsciente es traicionero. Juega malas pasadas en cuanto sale a relucir en los momentos más inoportunos. A veces, queriendo inventar una mentira, terminas contando una verdad. Muchas veces, queriendo dejar en evidencia al interlocutor eres tú quien termina metido debajo de la mesa por más que te empeñes en aclarar la confusión.

El subconsciente jugó tres malas pasadas a dos pesos pesados del partido del gobierno y a una consejera del gobierno de Castilla La Mancha.

María Dolores de Cospedal, secretaria general del partido, dijo que "han trabajado duro para saquear el país". Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno, dijo que "el gobierno ha hecho una Amnistía Fiscal". Y, por último, un comunicado del gobierno de Castilla La Mancha, en manos del PP, nos ha dicho que "el gobierno de Rajoy dejó una herencia ruinosa en nuestra región".

Los borrachos, los niños y los subconscientes siempre dicen la verdad.

jueves, 23 de abril de 2015

Hay que decirlo más

No tengo ganas de dar muchas explicaciones. Solamente quiero decir que "hijo de puta" hay que decirlo más.

Hay que decirlo más.



La hora chanante - Hijo de Puta xdang3rx por xdang3rx

martes, 21 de abril de 2015

Las personas normales

Las personas normales deben ser aquellas fanáticas de la ideología, los que compran mentiras a precio de saldo, los que se dejan convencer con una amenaza, los que perdonan a quien les roba, los que duermen mientras otros se funden su capital, los que rescatan bancos de forma pasiva, los que huyen ante las nuevas ideas, los que censuran a quienes quieren cambiar el sistema, los que no se dan cuenta de que los auténticos anti sistema son aquellos que se han montado su chiringuito de privilegios.

Las personas normales, según Mariano Rajoy, son los que votan al Partido Popular.

En consecuencia, yo soy anormal.

Y me alegro de serlo.

miércoles, 15 de abril de 2015

Primeros pasos

En los primeros pasos de un bebé perviven los primeros ecos de la supervivencia, la exploración de la inquietud, la experiencia por el conocimiento, la felicidad por le esfuerzo recompensado. Ellos caen de culo y vuelven a levantarse, tan felices, y en su sonrisa, mientras observamos su fragilidad y nos prometemos protegerlos, ellos nos demuestran que lo único que quieren es seguir caminando, aunque sigan cayendo.

En las primeras palabras nacen las primeras alegrías porque pueden, por vez primera, expresar sus sentimientos. Su ignorancia del mundo es tan tierna, y a la vez nos provoca tanto miedo, que solamente saben navegar entre la risa y el llanto; la alegría y el miedo, la satisfacción y la rabieta.

Cada vez que veo a Ángel caminar hacia mí, vestido con una sonrisa, balbuceando alguna de sus palabras y buscando un beso en su mejilla, entiendo que la magia existe. Que ser padre conlleva mucha responsabilidad pero que el premio, aunque pequeño, siempre es muy grande.

viernes, 10 de abril de 2015

Gestión de puta madre

Tienen a diez millones de personas empleadas. Despiden a la mitad. Les hacen ver lo dura que es la vida. Cinco años después les ofrecen un caramelo. "Puedes volver a trabajar", les dicen. Donde antes cobraban mil ahora cobran quinientos. "Y tienes que estar contento". Maquillan sus estadísticas y se pavonean como gallitos de corral.

Y lo llaman gestión de puta madre.

miércoles, 8 de abril de 2015

Correr

Uno de los libros más maravillosos que he tenido oportunidad de leer es la biografía del atelta Emil Zatopek. En el mismo, Jean Echenoz, desgrana en primera persona las sensaciones de un tipo que salió a correr un día para escapar de una revuelta y no cesó de hacerlo hasta colgarse cinco medallas de oro olímpicas. En el mismo se cuentan las sensaciones, se palpan los latidos y, sobre todo, se sienten como propias las satisfacciones de un tipo que simplemente se dedica a hacer bien su trabajo. Sin alardes, Zatopek se convirtió, por derecho propio, en una de las grandes estrellas de la historia del deporte sin que ello le reportase dos puñados de gloria en su Checoslovaquia natal.

Nunca podré saber la satisfacción del deber cumplido que pudo haber sentido Zatopek tras cada una de sus victorias. Yo nunca he sido atleta de élite. Ni siquiera he sido un atleta. Simplemente me he convertido en un mal aficionado a correr que hace poco disputó su primera carrera popular. Apenas pude sentir conatos de felicidad porque fui adelantado muchas más veces de las que yo adelanté, pero en cada uno de los adelantamientos sentí un fulgor adrenalítico que me invitaba a querer seguir compitiendo.

Sufro demasiado cuando salgo a correr. Mis piernas aún no asumen el esfuerzo y el aliento aún me sigue faltando cuando sobrepaso la frontera del kilómetro número cinco. Muchos días, mientras me fatigo, hablo conmigo mismo y me pregunto qué narices estoy haciendo sufriendo de manera inútil. Pero los esfuerzos se vieron recompensados el día que me tocó competir. No fue una competición seria porque hice un mal puesto y no tenía más intenciones que fuesen más allá de terminar la carrera, pero aquello fue un gusanillo agradable. El próximo día que salga a correr y discuta conmigo mismo, pensaré que si me preparo para una carrera, quizá, al cruzar la línea de meta, sienta que todos los esfuerzos han merecido la pena.