lunes, 26 de enero de 2009

Debajo de un puente

Cuando a uno le comunican la noticia de que su empresa se ha ido al garete, el primer pensamiento, previo a la angustia y la desazón, es el de imaginarte viviendo debajo de un puente. La cantidad de cosas que te da por pensar es inversamente proporcional a todo el conjunto de las ilusiones que fuiste fabricando durante tus días de arduo trabajo. Si ahora todo se viene abajo quizá tenga que renunciar a todos mis sueños; mi casa, mi vida de obrero aplicado, mis pocos caprichos y mis planes de futuro. Cuando no sabes qué cantidad de líquido se inyectarán en tus cuentas, eres incapaz de mirar más de un mes hacia adelante. Se acabó el sueño de tener un hijo en un plazo de dos años, se acabó el sueño de conocer España en furtivas escapadas de fin de semana y se acabó el sueño de subir un escalón más en el campo laboral. Ahora mismo me conformo ya con cualquier trabajo.

2 comentarios:

lili dijo...

No te preocupes y paciencia cuñado. Cuando una puerta se cierra una ventanita se abre, aunque sea pequeña, pero veras con lo trabajador que eres y con tu experiencia consigues algo pronto, y vuestras ilusiones y sueños para nada se verán rotos, y lo podréis conseguir y cumplir todo. Paciencia y animo!!!!

Sagra dijo...

Esto es solo una peor etapa de nuestra vida nn, todo el mundo habrá pasado por ello alguna vez, lo q hay q hacer es echarle cojones y tirar palante y no venirnos abajo. Un besote animoso