Montar la fiestecilla en casa es lo que tiene, si eres anfitrión cuentas con la comodidad de terminar la charla e irte el primero a casa, pero has de cargar con la desventaja que supone tener que recogerlo todo. Un vistazo al desorden y un pensamiento de inquietud que ronda la cabeza, "cuando vea este desastre mañana Sagrario seguro que se cabrea". "Total, son cuatro pipas, que diría aquel. Me voy a la cama y ya lo recogeré mañana".
Y mañana llega la pereza. Buf. Si tengo ganas que me maten. En fin. Las pizzas las pediste por no ponerte a preparar nada de cena. Los cubatas de los bebiste con gusto porque te salían gratis. El agua la sacaste de la nevera porque siempre llega un momento en el que vence la sed. El picoteo surge espontáneamente en la undécima conversación de la noche. Los vasos vaciós junto a la hielera encharcada indican que no lo escupísteis. Y el mando de la play aún te recuerda las risas provocadas por no saberse la canción de Pastora. Dos viajes al lavavajillas, un par de ellos a la basura y nada más que abrir y cerrar el mueble bar del comedor. Ya está ¿Ves cómo no era para tanto? Eso sí, la próxima la montamos en la casa del Rubio. Y que recoja él y sepa lo que siente padre cuando se emborracha.
1 comentario:
Venga hombre, si pa dos dias al año que quedais no creo que cueste tanto esfuerzo recoger, leche, si habeis sido tres personas, mmmmm madre mia, desparrame!!son 4 las cositas que hay por recoger morral. Como os gusta que trabaje pa quitarme del medio eh?
Besotes nenineros
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