Desde hace tiempo, creo que justo desde mi independencia, aunque ya en casa de mis padres hacía algún pinito que otro, me relajo bastante metiéndome en la cocina y guisando cositas para mí y para mi niña.
El otro día, más en concreto, antes de ayer, nada más terminar el partido de fútbol (otra de mis gran pasiones), me metí en los fogones y me puse a tirar de inventiva. Aquí van las muestras:

Al día siguiente, nada más levantarme y puesto que me faltaban huevos (léase ésta vez en modo literal, es decir, de los de gallina), bajé al chino socorrido de abajo y compré una docenita para ponerme con los postres. Aquí la prueba:

Dice la Sagra que está todo muy rico. A mí también me lo parece. Así que será de verdad.