martes, 24 de noviembre de 2009

Me falta fondo y costumbre

Que uno se hace mayor lo evidencia el grado de paciencia por lo que antes te parecía un sueño diario. Salir de casa con la mochila al hombro, descubrir parajes de ensueño, reencontrarse con amigos para revivir vivencias, regresar a casa tras haber batido al frío, presenciar a tus viejos compañeros mientras juegan un partido de fútbol, regresar al bar donde te tomabas mil cañas hasta la hora de la siesta, volver a visitar los garitos de tus noches de juventud, encontrarse con un viejo confidente de inquietudes y terminar en la puerta de una churrería mojando una porra en un vaso de café. Lo que antes podría haber sido natural de obra y pensamiento, ahora es una tortura para el resto de la semana.

Las piernas pesan un quintal después de la caminata, los pulmones disparan toses agudas después de la falta de oxígeno, la piel pide calor después del frío de la sierra, el cuerpo pide una ducha donde antes pedía más cerveza y la semana te arrastra con una resaca de alcohol que antes ni imaginabas cuando no bebiste ni la mitad de antes.

Lo peor de todo es estar hecho polvo y sentir deseos de repetirlo ¿Lo peor o lo mejor?

1 comentario:

Sagra dijo...

Eso es lo mejor hombre, tienes que repetir, yo porque sabes que soy poco de andar pero vamos...que ir asi entre amigos mola así que te animo a que repitas. Besotes