viernes, 27 de noviembre de 2009

Dilema

Que la vida pone trampas es algo que nos va quedando claro a medida que vamos quemando etapas. En cada obstáculo encontramos un motivo para mirar hacia adelante o bien hacia atrás. Sucede muchas veces que las trampas las encontramos cuando aún no hemos decidido qué bifurcación escoger. Cuando se juntan el trabajo y la familia es muy difícil dirimir. Por un lado está la obligación moral de no romper lazos con un grupo del que depende tu día a día y por otro lado está la obligación afectiva de cumplir como un marido enamorado, que es lo que soy. Haga lo que haga, a alguien le fallaré. Otra vez. Maltido dilema.

1 comentario:

Sagra dijo...

Sé que a veces soy egoista, pero no soy la única, y no lo digo por tí. Tqm nn
Besotes