lunes, 4 de abril de 2011

Un hijo tonto

En los pueblos de la España rural, allá donde la hombría se demuestra en el tajo, en el bar y en el sofá y la mujer hacendosa es aquella que renuncia a sus sueños para hacerse con las llaves de su casa y criar a sus hijos a la sombra de un cepillo y una fregona, las leyes europeas que han modernizado a España no han calado con igual entusiasmo como lo han podido hacer en otros países del entorno. De esta manera, mientras muchos homosexuales siguen saliendo del armario donde durante cientos de años estuvieron escondidos y reprimidos, en muchos lugares sigue siendo una deshonra aquello de tener un hijo marica. Ahora bien, si de deshonras hablamos, no hay nada peor para aquellas mentalidades del siglo XX más rancio que aquello de tener un hijo perro. Hay frases que quedan grabadas en la memoria colectiva de quien debe sacar pecho por la ejemplarización de la familia: "¡Qué no se diga!". El qué dirán es muy malo. De esta manera, entre el miedo al que dirán y el chantaje emocional al que saben que no digan nada, mis padres han criado a dos hijos listos y a un hijo tonto. Ese soy yo. El que nadie sabe como es porque otros ya sabemos como son.

1 comentario:

sagra dijo...

Que frase más buena nene!! el q nadie sabe como es porr otros ya sabemos como son, nos va al pelo desde luego.
aun asi ya es dificil ver por ahí hijos buenos cm tu nn, ni tontos ni listos, sino buenos.
Mencant