martes, 16 de octubre de 2018

Roma no paga traidores

Viriato fue el general lusitano que encabezó la rebelión contra Roma cuando esta intentó conquistar Hispania en el siglo III A.C. en el marco de la segunda guerra púnica. Después de varias victorias sonadas y tras haber capturado, y perdonado la vida a cambio de paz, al jefe militar Fabio Máximo Serviliano, fue traicionado por sus discípulos Audax, Ditalcos y Minuros quienes aceptaron oro a cambio de asesinar a su general mientras dormía. Una vez realizado el trabajo y con las manos manchadas de la sangre de Viriato, fueron a reclamar su recompensa a Quinto Servilio Cepión, nuevo jefe militar romano en la zona y hermano del derrotado Serviliano y este les recibió con lanzas y con una frase que era una declaración de intenciones de los valores del imperio. "Roma traditoribus non premiat", o lo que es lo mismo, "Roma no paga traidores". De esta manera, Viriato fue incinerado en loor de multitudes y sus asesinos fueron enviados al patíbulo condenados por traición. Así pagaron la muerte de un héroe y la paz de un imperio.

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