miércoles, 10 de octubre de 2018

Saliendo de la cueva

La sorpresa es el factor visible de lo inesperado, el gesto espontáneo ante lo inconcebido, la alarma natural ante lo no planeado. Cuando dejamos de lado las preocupaciones, cuando creemos que vivir es pisar el cielo, cuando creemos que los ataques ajenos son semilla sin germinación, es cuando aparecen las sorpresas y, muchas veces, es cuando lamentarse ya no sirve de nada.

En una sociedad desestructurada, desinformada, desculturizada y desapropiada, es donde nacen los grupos ultra. La semilla germina fácil; basta con hacer creer a la gente en el apocalipsis, en la ruina y en la remisión. De esta manera, los enemigos de la extrema derecha se clasifican rápidamente: Homosexuales, feministas e inmigrantes. Y toda la izquierda, claro está. Esa que ellos llaman radical sin pararse un segundo a mirar su ombligo.

La ultraderecha está aquí. Realmente, nunca se ha ido, sólo que durante años ha vivido amparada bajo el paraguas azul del Partido Popular. Todos los nostálgicos del régimen, que eran muchos, le votaban a ellos, ahora el voto se dispersa y se reparte en base a un programa. A la derecha está el Partido Popular, un poco más a la derecha está Ciudadanos y a la derecha de todos, está Vox.

Todos son una y medios y poderosos lo saben. Ellos nunca se han ido, solamente estuvieron resguardados en una cueva.

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