
No voy a aventurarme a decir que Venezuela necesita un cambio de gobierno. No voy a caer en los extremos; ni a los que defienden a Maduro ni a los que lo odian; puede parecerme un dictadorzuelo, pero bien es cierto que el presidente de la Asamblea, ese que se ha autoproclamado presidente, lo eligieron mediante elecciones democráticas. O se cuenta todo o no se cuenta nada.
Analizado todo, y en espera de una resolución democrática, estamos todos a punto de cruzar una delgada línea roja muy peligrosa: la de dar legitimidad a un golpe de estado. Puede ser Guaidó el tipo más demócrata del mundo, lo desconozco, pero la manera a la que ha llegado al poder, o a la que, al menos, se ha autoproclamado líder, ha sido un golpe de estado en toda regla. Si empezamos a legitimar actos antidemocráticos caeremos en el error de creer que los presidentes no se eligen sino que se imponen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario