miércoles, 15 de julio de 2020

El CIS de Tezanos

A estas alturas de la película cuesta mucho creerse los resultados de las encuestas de intención de voto del CIS. A estas alturas de la película, cuesta mucho, después de ver el batacazo de Unidas Podemos en Galicia y País Vasco, de comprobar la gestión errante del gobierno en la crisis del coronavirus y de valorar el ruido mediático que la derecha tiene en los medios de comunicación, creer que el PSOE le saca once puntos al PP y que Podemos sería la tercera fuera más votada en unas hipotéticas elecciones generales.

No nos puede extrañar, al final, que acusen al director del CIS de conspirador, condicionador de opiniones e incluso de prevaricador moral. Los resultados de la encuesta parecen, a primera vista, desprovistos de cualquier halo de realidad; uno sale a la calle, conversa con la gente, y se encuentran a más disconformes con la gestión del gobierno de los que nos quiere hacer creer el CIS. Está claro que el gobierno tiene adeptos, de no haberlos tenido no hubiese ganado las elecciones de noviembre, pero no es menos cierto que en apenas doscientos días ya ha sufrido un desgaste que es difícil de revertir.

Vale que en Galicia y País Vasco los resultados pueden ser extrapolables porque se trata de dos comunidades donde el nacionalismo tiene un fuerte arraigo social, pero cuando te enfrentas a unas elecciones tu meta, como mínimo, es la de conservar al electorado. La izquierda no movilizó al suyo y perdió gran parte de su representación. Eso es, en toda regla, un afeitado con navaja a las barbas del vecino. Parece que Tezanos se niega a poner las de su hombre a remojar.

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